Como cristales de fino vidrio
llueve en mi ventana y la bruma
de la húmeda noche
me inspira a escribir.
Estoy cosiendo palabras
en un cordel de ideas,
las frases me sueltan
y me libero del pensador.
Pero no tengo silencios
entre tanto murmullo.
No escucho la lluvia
y me pierdo en el balcón.
Es esa estrella tan lejos,
tan roja y calmada,
que veo en la bruma y
me llama la atención.
Tiene insomnio,
lo oscuro la despierta
y así hace vigilia,
me mira desde su rincón.
Me gusta su marca,
en mi vida es la luna,
es mi sol en la noche,
y también de mis pasos mi razón.
La quiero como si pudiera tocarla,
la veo en el cielo y se me
retuerce el corazón.
Quiero alcanzarla.
Quiero bajarla,
quiero abrazarla
y no dejarla escapar.
Es que por ella me muero de amor.
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