miércoles, 21 de enero de 2015

Carne podrida


Mírame fruto.
Mírame a los ojos
y dime lo que ocultas.

Soy un pobre perdido
que busca que comer.
Mi codicia me lleva a roer
tu profundidad y secretos.

Maldito seas fruto.
Sabio eras ya de mi pecado.
Tu me diste ese saber.

Maldita la serpiente.
Carnada de estupidez.
Y el idiota ahora predica
su amarga hipocresía.

Libertades y verdad.
Que maldita la ironía.

Vaya si yo hubiera sabido antes;
pero imposible sería.
Es paradójico todo este asunto
y una vez hecho, el tiempo
no puede volver atrás.

Maldito sea todo
y yo con todo.

Árbol de la Ciencia,
contigo yo sea hecho polvo,
y en tus raíces yo fallezca.

Y que aquella víbora
dé veneno a tu sangre
y a mi sangre.

Mi carne sera la condena
de tu madera, y tu madera
sera corroída por mis manos,

Sangrando te confesaré
toda mi maldad,

Y allí, frente a ti,
como templo de un dios,
yo sucumbiré y condenado
por la eternidad seré.

---

Esta es la epístola de
mi primer pecar.
Dirigida a aquel
anciano estafador.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario